Nada (en cien palabras)

Nada (en cien palabras)


Fortunato despertó de madrugada -no dormí nada de bien, tal vez porque no comí nada, se dijo. La obscuridad reinante no permitía ver, y tampoco escuchaba nada.

Por las ventanas de su departamento -en el piso ochenta- ni siquiera veía el San Cristóbal.

Salió de la cama para buscar sus pantuflas, pero no las encontró.

Buscó el interruptor de la luz sin éxito.

Se sintió enfermo, quiso volver a dormir, la cama ya no existía.

Anonadado, llevó las manos a su cabeza, mas no sintió nada.

Se dio cuenta al fin –aterrado- que no había nada.

Nada de nada.

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